Artículo escrito a solicitud de Via Campesina.
Entre la tercera semana de noviembre y la primera semana de diciembre arranca el corte del grano, y los cafetales de Nicaragua se preparan para recibir a más de 300,000 brazos laboriosos. El corte de café es la fuente de empleos temporales más importante del país[1], y el sustento de miles de familias que dependen de su cosecha. Como lo indica la Ley del Café –Ley No.368– en su V Considerando, el café es el rubro de mayor importancia socioeconómica del país.
Para comprender esta importancia expondremos desde un enfoque macroeconómico la magnitud e impacto de esta actividad agrícola en la economía de Nicaragua. Siendo el principal rubro de exportación de la economía más pequeña de la región centroamericana, el café representa el 50% del valor total de la exportación de productos agropecuarios. Mas aún, gracias al alza de los precios de los commodities en 2010 y 2011, el café ha representado respectivamente el 60% y el 69% del valor total de los productos agropecuarios exportados por Nicaragua. A parte de contribuir con la generación de empleos, el café es la cuarta fuente de divisas del país, luego de las remesas familiares, la inversión extranjera directa y la cooperación externa.

Por otro lado, el destino de la exportación del grano está concentrado en dos mercados, Estados Unidos (43.5%) y Europa (34.5%). No obstante, a raíz del paralelo ideológico de ambos gobiernos y de sus excelentes relaciones diplomáticas, el comercio entre Nicaragua y Venezuela ha crecido enormemente, y desde la cosecha 2008/2009 Venezuela se ha convertido en el segundo mayor comprador individual de café nicaragüense.
Como muestra la gráfica anterior, el valor de las exportaciones de café ha aumentado en gran forma desde 2009. En 2010 se recibieron US$342 millones en exportaciones (5.2% del Producto Interno Bruto), y en enero-septiembre 2011 se han recibido US$395 millones (5.4% del PIB esperado en 2011). Sin embargo, cabe mencionar que este incremento del valor exportado se debe principalmente al aumento en los precios de estas exportaciones, y no a aumentos en los volúmenes exportados.
Esto se debe a que en años recientes el precio del café se ha elevado a niveles históricos, lo cual les permite a los productores saldar sus deudas e invertir en mantenimiento y capitalización de sus fincas; y permitiría, elevar el salario de los cortadores del grano. El precio promedio del café exportado por Nicaragua fue de 133 dólares por quintal en 2009; en 2010 creció un 14% hasta 152 dólares, mientras en 2011 el precio se ha elevado en 47% hasta ubicarse en 223 dólares por quintal exportado.
En general, los empleos temporales de los cortadores de café se pueden clasificar como empleos precarios, de subsistencia. En la presente cosecha, el Ministerio del Trabajo estableció que el pago por lata[1] de café cortada será igual al acordado entre los productores y cortadores el año pasado, 27 córdobas por lata (1.2 dólares por lata).
Asimismo, el salario mínimo diario para los trabajadores ocupados en los beneficios secos y húmedos se mantendrá en 140 y 135 córdobas respectivamente. Estos salarios son de subsistencia, pues una familia con dos personas ocupadas en este nivel salarial, apenas alcanzaría a cubrir el componente de los alimentos de la canasta de 53 productos de consumo básico para una familia de 6 personas. Por ejemplo, si suponemos que una persona con un ingreso diario de C$140 trabaja 20 días al mes (5 días a la semana), esta persona devengaría un salario mensual de C$2,800 –igual a un 45% del componente de alimentos de la canasta básica, el cual en noviembre de 2011 fue de C$6,147-.
Además, a la hora de analizar las condiciones laborales de los cortadores de café, también se debe de tomar en cuenta que en Nicaragua la pobreza es eminentemente rural. Así, los pobres extremos continúan concentrándose principalmente en las regiones rurales del Pacífico, Centro y Atlántico del país, de tal forma que las personas que viven en zonas rurales son casi 5 veces más pobres extremas y casi 2 veces más pobres que las personas que viven en zonas urbanas.
El café es el gran negocio de las compañías transnacionales procesadoras y distribuidoras. Es plausible afirmar que en la cadena que agrega valor al café, los productores han visto disminuir su participación y beneficios. En cambio, los especuladores acuden a la bolsa neoyorquina, compran y acechan momentos de venta favorables. Y a veces sus transacciones son suficientemente grandes como para inducir por sí mismas bruscos cambios en el precio. Este control de la cadena de comercialización impide el desarrollo tanto de los productores, como un sucesivo aumento en el nivel salarial de los cortadores del grano.
Pocas compañías tostadoras y distribuidoras de café compran casi la mitad de las existencias mundiales de café, y así se lucran con el mayor margen de ganancia de todas las actividades relacionadas con el rubro.
La principal dificultad en el futuro desarrollo del café en Nicaragua –en el ámbito de su inserción en el mercado internacional y como actividad socioeconómica de primera relevancia– es el hecho de que aún no tiene control sobre la cadena de comercialización que llega al consumidor final.
La visión tanto de los exportadores como de los trabajadores debe de escalar gradualmente la difícil competencia del mercado internacional a través de precios bajos y productos de calidad mundial para perfilarse en el escenario internacional como una experiencia exitosa, teniendo como piedra angular al cooperativismo con amplia base y experiencia social.
[1] La lata de café en Nicaragua pesa 28 libras (12.7 kg).
[1] Estos 300,000 empleos representan el 13% de la Población en Edad de Trabajar (PEA) nacional.
Me gustaría un análisis acerca del grano del cacao pues como es si bien conocido tambien es un producto con grandes niveles d exportación en el país teniendo asi gran similitud al tema anterior